Tarde...
Estábamos sentadas en el medio del salón cuando Teresa habló, Y no creas que fue un breve comentario, o alguna apreciación sobre el tiempo, no. Habló para desahogarse, contó todo lo que desde hacía meses le rondaba la cabeza, todo lo que había ido haciéndose un hueco en su corazón, llegando a convertir su existencia en un absurdo e inútil paso del tiempo.Una pena que para entonces todas estuviéramos cansadas ya de esperar una improbable reacción y apenas prestamos atención a su estallido. En la tele, la novia llegaba a la catedral.
2 Comentarios:
Muy originales tus tres microcuentos, pienso que podias ampliar las historias si quisieras, pero la esencia esta en ellos ya.
Un saludo
J J Prado
Me alegro de que te gusten, y sí, podría ampliarlos, pero soy parco en palabras...
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